Medio Ambiente considera a los cazadores "herramientas fundamentales" para el control de especies cinegéticas

Varios representantes de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana han participado esta mañana en una reunión de la Comisión para el Control de la Fauna Salvaje, convocada por el Servicio de Caza y Pesca de la Dirección General de Medio Ambiente, y en la que ha quedado patente la importancia de la figura de los cazadores.

En datos, las capturas de conejo, según la Administración Valenciana, se aproximan al medio millón de ejemplares al año, cifra que incluso podría ser superior, teniendo en cuenta que no todas las capturas que se realizan en el territorio valenciano pueden llegar a controlarse.  A pesar de esta alarmante cifra, el esfuerzo que vienen realizando los cazadores está dando sus frutos y en muchos municipios donde la situación venía siendo insostenible, se está consiguiendo controlar la población. En la jornada de hoy, se ha informado de la inclusión de nuevos términos municipales, afectados por la superpoblación de conejos, en el anexo de la Orden del 11 de junio de 2009.

En cuanto a la población de jabalí, especie que más accidentes de tráfico provoca en las carreteras valencianas, y que ha creado una importante alarma social en los últimos tiempos, los datos ofrecidos por la Conselleria hablan de más de 25.000 individuos al año. De igual manera que ocurre con los conejos, el esfuerzo que lleva a cabo el colectivo de cazadores ha conseguido estabilizar el número de capturas en la cifra ofrecida, manteniéndose invariable en los últimos tres años. En el encuentro de hoy, se ha presentado la modificación de la orden que regula la caza y control del jabalí. Las principales modificaciones se han centrado en hacer más eficaces las actuaciones de los cazadores, tales como ampliación de zonas y horarios.

Los cazadores han venido reclamando a la Administración durante mucho tiempo, permisos para actuar en periodos de veda, es decir, en aquellas épocas donde no se puede practicar la caza deportiva, para poder controlar las poblaciones cinegéticas de estas dos especies que vienen provocando graves daños a la agricultura y en el caso concreto del jabalí, accidentes de tráfico con heridos graves e incluso muertes. No es casualidad por tanto, que una vez la Consellería se “quitó la venda de los ojos” y desarrolló normas que han permitido desarrollar estos controles, permitiendo actuar a los cazadores, actores imprescindibles en esta problemática, aún a falta de precisar ciertos aspectos que mejorarían los resultados obtenidos, se ha conseguido estabilizar ambas poblaciones.

La propia Administración ha arrojado datos en el día de hoy de otras especies, como es el caso del corzo, cuya población viene creciendo de manera exponencial (casi un 200% en los últimos 4 años) y sobre la que urge tomar medidas similares a las adoptadas sobre el conejo y jabalí.